Forma en fuga: Conversación con Jerome Oudot Trëz Con Juan Pablo Torres Muñiz … Esta disposición, en todo caso, consiste primero en una especie de vaciamiento. Pero ¿de qué? ¿Y qué queda, una vez se ha logrado remover lo que…
A espabilarse: Notas sobre la llamada IA y la escuela Por Juan Pablo Torres Muñiz Un aula. Casi mediodía. Los estudiantes preguntan si es posible consultar con Chat GPT como fuentes de información para los ensayos que ahora preparan como…
Ojo al verso: Conversación con Daniel Rodríguez Rodero Con Juan Pablo Torres Muñiz La poesía, históricamente considerada como la forma más elevada de arte literario, es también objeto de estereotipos que la reducen, ora a un mero ejercicio de sentimentalismo,…
Decir de drama: Sobre la obra de Robert Heindl Por Juan Pablo Torres Muñiz Efectivamente, hablamos de textos, pero qué tan preciso es preguntar qué nos dice, entonces, tal o cual imagen. A distintos lenguajes corresponden obviamente distintas lecturas; por tanto, la…
Desgarramientos: Sobre la propuesta de Gabriela Bodin Por Juan Pablo Torres Muñiz Alma y cuerpo. Abstracción ideal, la primera; materia, el segundo. De todas formas, no es lo mismo hablar de uno y otro que de psique y carne. Es difícil incluso…
De marcos y tendencias: Sobre el arte y su cuestionamiento de las instituciones Por Juan Pablo Torres Muñiz Pese a que hoy, proporcionalmente, cada vez menos gente tiene una idea clara de qué hace un artista, en qué consiste el…
Lumbre: Sobre Los simuladores, novela de V.S. Naipaul Por Juan Pablo Torres Muñiz En la tierra, las raíces; una base. Las ilusiones, arriba, en el cielo. No hay camino ascendente; lo que hay es casi siempre espacio abierto aquí abajo,…
Donde se pierde la mirada: Conversación con Isaac Pelepko Con Juan Pablo Torres Muñiz [Traducción por Roberto Zeballos Rebaza] Miradas perdidas, decimos. Lo que se cuece por dentro, bien podría ser tomado como asunto aparte, cosa particular de cada quien,…
Es verdad que, cada cierto tiempo, la obra de James Purdy es reivindicada, pero también que a continuación y casi de inmediato, se la echa de vuelta al olvido. Esto se debe quizá a que su carácter, la visión que refleja en ella, obliga al lector –como ante una gresca inevitable– a tomar partido, cuestionando su época, cualquiera sea esta, pero más todavía a sí mismo, cualquiera sea su edad y experiencia.
Certeros puñetazos, más que empujones o tirones de la camisa: el lenguaje de Purdy, áspero, denso, es enormemente efectivo; conecta y sacude de inmediato lo más delicado, esa fragilidad tras el punto que, además, pareciese elegir con especial malicia. Asesta, en permanente movimiento, frases y oraciones; de ello que, en lugar de un matón agresivo, nos veamos ante un ligero púgil, de gran maña y sangre fría.
Su obra representa el desafío de la cruda calle, desnuda de pronto, sorprendente, dolorosa, si anduvimos demasiado tiempo haciéndonos de la vista gorda: es la luz sobre la sombra, que siempre pudimos encender, por la que alguien ha venido por fin a preguntarnos.
Comienza Cabot Wright es un buen ejemplo de todas estas cualidades.
La salida más fácil para salir del paso en defensa de ideas aventuradas, carentes de sustento a propósito de un tema complejo, es apelar a la supuesta inexistencia de acuerdo sobre definiciones al respecto, inclusive a su imposibilidad, relativizarlo todo.
El afán de hacer pasar por válidas posiciones improvisadas nos ha conducido a situaciones cuanto menos curiosas, no obstante, muy aprovechables para quienes saben de qué forma se orientan tanto el consumo de productos como el de servicios, quienes además saben lo fácil que es intervenir en favor de la industrialización de diversas actividades a través de la educación y los medios de comunicación. El arte es, quizá, el mejor ejemplo posible: un gran negocio.