Cosas, hechos, sucesos. Atraviesan al artista y éste, luego, tiende el haz de su visión en la obra.
Los objetos, en tu obra, de herramientas a juguetes, entre huesos y plantas, y mucho, mucho más, invitan, ora por acumulación, ora por disposición en cada cuadro, claramente, una y otra vez a la cuestión de adónde vamos a este paso, entre tanta confusión, entre el delirio y la cordura, que se nos escapa…
Tal parece, por otro lado, que la variedad técnica a tu alcance permite llevar más allá todavía la misma pregunta…