Presencias comunes, aparte las frágiles modelos…
¿De qué animales se trata? ¿Qué representan las palomas, los gorriones, los cuervos? ¿Por qué las encontramos de nuestro lado de las ventanas, lejos del cielo abierto, posadas para tocar el delicado pecho, los labios, los párpados de las modelos, para libar de su silencio? ¿Qué hay de los ciervos, los conejos y los zorros?
Son todas criaturas que representan la suerte de una anunciación, y el ideal adolescente de libertad, ante el asedio de la muerte y bajo el halo de la gracia y la fortuna, merced del animus de aquella entidad a la que se rinde tributo, ciegamente: el amor.
Los demás signos son evidentes: Las aves, mensajeras; en los ciervos: pasión y virtud; en los zorros: inteligencia, astucia y resolución. En general, se trata de cualidades que requieren, todas, un cultivo cuidadoso y bastante disciplina. Una vez más: sacrificio. Criaturas cuya aparente fragilidad refleja la dificultad de sostener las cualidades que representan. Lo frágil de una condición digna y prudente, sobre todo, compasiva.
A fin de cuentas, herir es fácil.